Talleres para trabajar las heridas emocionales y el niño interior.
Rechazo y Abandono
La herida del rechazo y abandono se da cuando no recibimos la atención que necesitamos, cuando sentimos que nuestra opinión no importa, cuando no recibimos el cariño que necesitamos, cuando no nos sentimos escuchados, cuando no hay apoyo emocional, cuando nos invade una sensación de tristeza, soledad, vacío. El abandono es un estado emocional muy temeroso ya que indica sensación de pérdida y soledad. Cuando nos sucede esto, pedimos, exigimos, utilizamos estrategias inconscientes, manipulamos…, hacemos todo lo necesario para que esa persona no se marche, no me deje, no sienta que ya no somos necesarios e importantes para él/ella.
En muchos de los casos, crecimos con esas carencias, las cuales no siguen acompañándonos a la hora de relacionarnos con los demás, sobre todo con la pareja.
“El dolor más grande que un ser humano puede sentir es el dolor de haberse abandonado a sí mismo”
Fechas disponibles en 2024:
Valorización – Vergüenza – Traumas
Llevamos toda una vida buscando sentirnos valorados, aceptados y reconocidos. ¿Por qué a pesar de todos los esfuerzos que hemos hecho y todos los objetivos cumplidos seguimos teniendo una sensación de insuficiencia y vacío? La herida de valorización se caracteriza principalmente por no sentirnos lo suficientemente valorados, admirados, reconocidos. Esto nos lleva a tener que demostrar constantemente nuestro valor. La herida de vergüenza se despierta por muchos miedos inconscientes que tenemos enterrados; miedo a que nos juzguen, miedo al que dirán, miedo a que nos rechacen, a que nos critiquen, a hacer el ridículo, a no estar a la altura de lo que se espera de nosotros. Y como en todas las heridas, su solución-sanación se encuentra en nuestras raíces de la infancia.
“La vergüenza es una máscara imaginaria detrás de la cual se esconden nuestros miedos”
Fechas disponibles en 2024:
Aprendiendo a Amar
Hoy en día las relaciones son el mayor motivo de nuestra felicidad pero también el de nuestro sufrimiento. ¿Por qué? Porque no nos conocemos lo suficiente, nos asustan nuestros complejos y “defectos”, no nos hacemos responsables de sanar nuestras propias heridas, proyectamos y volcamos sobre la pareja toda nuestra falta de amor, nuestra baja autoestima, nuestra dependencia, nuestros miedos no aceptados.