¿Sueles estar preocupado?
¿Sueles pensar mucho en qué pasaría si…?
¿Sientes que has dejado de disfrutar de tu vida?
Una de las peculiaridades más características en todos los seres humanos son las preocupaciones. En las muchas conversaciones que mantengo con todas las personas con las que interactúo cada día, ya sea por una conversación con amigos, conocidos, clientes o alumnos que acuden a las sesiones individuales o formaciones, el factor común, el que más se repite, es que están constantemente preocupados por algún aspecto o área de su vida, preocupados por lo que pasó o por lo que pasará.
Todos en general, casi sin darnos cuenta, (ya que lo hacemos de forma mecanizada y automática), estamos constantemente perdiendo energía por las situaciones vividas o por las que están por vivir. Es como si estuviésemos constantemente viviendo mediante el recuerdo y la anticipación. Este es un estado tóxico, dañino para nuestra salud física y mental-emocional, y además, es un estado de paralización, inmovilización, es decir, no hacemos nada por cambiarlo, no hay acción, no nos ocupamos, mas bién, nos requeté-preocupamos y ahí, sufrimos mucho.
¿Que significado tiene la palabra preocupación?
Si miramos bien y analizamos el término preocupación nos daremos cuenta de que, en la misma palabra en sí, tiene su propio significado constructivo: –pre– estado previo, anterior a la –ocupación-.
Cuando estamos en la PREOCUPACIÓN y no hacemos nada por cambiarlo, estamos en un estado de paralización, inmovilización, estancamiento, y este sería el Paso 1, darnos cuenta de que estamos ahí.
En lugar de ponernos en marcha para solucionarlo, lo que hacemos, cuando la situación nos bloquea, es lanzarla al pasado manifestándose así, como arrepentimiento, culpa, cargo de conciencia… y cuando la proyectamos hacia el futuro se confirma como preocupación.
Ni siquiera somos conscientes de que esta, es una decisión que tomamos en nuestra mente al concederle tiempo y dialogo a esos pensamientos que nos hablan de algo que podría suceder y que nosotros lo vivimos como real, como si estuviese sucediendo en cada uno de nuestros momentos presentes.
Lo que nuestra mente no nos cuenta, porque no le interesa, es que ella ha sido quien ha creado esa situación tensa e incómoda y que ese hecho no está sucediendo en el único momento real en el que se despliega y acontece toda nuestra vida, en el aquí y ahora. Por lo tanto, nada de lo que nos está contando es real, más bien, es falso, es una mentira.
Una buena manera de enfocar esta situación de manera distinta, más coherente y calmada, puede ser haciéndome la siguiente pregunta: Esto que me estoy contanto ¿Dónde está? ¿Está sucediendo en este instante? ¿Qué certeza tengo de que lo que me estoy contando es cierto, es real? En ese momento generamos un pensamiento distinto, que nace desde una toma de conciencia con la que vemos que aquello que nos fustiga, nos amarga, nos inquieta y nos preocupa, aún no ha sucedido, y que no se si realmente sucederá. Y llegada a esta conclusión, yo vuelvo al presente para vivir todo lo que esté sucediendo en ese instante, alcanzando paz y tranquilidad y ahorrando mucha energía, energía que necesito para las cosas que verdaderamente son importantes en mi vida y que requieren de lo mejor de mí para sentirme bien conmigo mismo.
La siguiente sugerencia al que te invito que te adentres, es a preguntarte ¿Qué posibilidades hay de que ocurra aquello que me preocupa? En ese momento, puede ser que la mente pesimista, negativa e inquieta conteste “muchas”, a lo que yo podría contrarrestarle; “Ya, pero como no lo sé, y no tengo ninguna certeza de ello, voy a mantenerme en el aquí y ahora confiando en que las cosas saldrán bien y que en caso de que suceda aquello que me preocupa o temo; la acción justa, o el recurso necesario para afrontar esa situación estará ahí esperándome, justo en ese instante, ni antes ni después”.
Si hay algo de lo que si tengo certeza, desde mi experiencia, es que cuanto más tranquilo estás y menos te preocupas hacia cómo responderás a esa situación y de qué manera lo gestionarás, más claramente descubres que cuando llega el momento de enfrentarse a esa situación, desde el momento presente, desde tu calma y confianza, salen palabras, acciones, respuestas, que te hacen resolver la situación de manera más proactiva, más positiva, sin reaccionar, apareciendo los mejores argumentos, ideas y soluciones. Tanto es así, que parece que no eres tú el que está hablando o respondiendo, ¿Te ha pasado alguna vez?
En realidad, sí que eres tú, es un “tu” más calmado y confiado, es tu verdadero YO. Este no proviene de la mente preocupada y temerosa, provine de tu interior, de tu inconsciente, de tu alma. Cuando alcanzas ese punto te alineas con tu Ser, con la vida y descubres que todo está preparado y dispuesto para que des lo mejor de ti en cada una de las cosas que te atemorizan. Y de repente… empiezas a preocuparte menos, adquieres más confianza en ti y en el universo, descubriendo que tienes muchas más capacidad y habilidad de respuesta de la que ni siquiera te habías imaginado ni eras consciente.
Para alcanzar este estado y desarrollar esta habilidad, te recomiendo que camines hacia el Paso 2:OCUPACIÓN. Quizás estas preguntas te ayuden:
¿Cómo me voy a OCUPAR de ello?
¿Qué debo hacer, que dependa de mí, para salir de este estado de inmovilidad y desasosiego?
¿Qué acción/es voy a llevar a cabo para gestionarlo?
Y entonces dejas de pensar y paralizarte, te pones en marcha haciendo todo lo que esté en tu mano para que esa situación deje de preocuparte. Cuando lo hayas hecho puedes preguntarte; ¿Puedo hacer algo más al respecto? ¿Depende de mí el desenlace de esta situación o depende, más bien, de terceras personas o incluso de la vida misma? Si puedes hacer algo más hazlo. Pero si no, suéltalo, entrégalo y deja de pensar en cuál va a ser el resultado final y cuándo va a suceder.
Llegado a este punto, te sugiero que te adentres en el Paso 3: DESPREOCUPACIÓN.
Si analizas bien la propia palabra –des– significa quitar, despojar, retirar, y, –preocupación– ya sabemos muy bien lo que significa.
Ejemplos claros serían; cuando te quitas la ropa ¿Qué haces? des-nudarte, cuando sacas del frigorífico un alimento que está congelado lo haces para des-congelarlo. Por lo tanto, des-preocupación conlleva soltar la preocupación sin mirar ni atrás ni adelante. Este es un estado en el que ya nada depende de ti, y no quiere decir que te de igual y no te importe, sino que has tomado una decisión distinta, has elegido no concederle más poder a esos pensamientos inquietantes y preocupantes para seguir mientras tanto con todo lo que sucede en tu vida, que también es importante y que te requiere en la mejor de tus versiones.
Una vez que desarrollas más la capacidad de saber estar en la despreocupación, al fin y al cabo en la incertidumbre, y te desapegas del resultado (esto no quita que no desees el mejor desenlace posible para esa situación), te diriges al…
Paso 4: CONFIAR.
Para ti, ¿Qué es confiar? ¡Para mí, confiar es tener la clara intención y deseo de que esa situación que te preocupa (de la que ya te has ocupado, y has pasado a despreocuparte), va a salir bien, pase lo que pase, será un resultado que te proporcionará algo positivo. Por que si es el resultado que esperas y deseas, estupendo! pero si no lo es, esa experiencia trae para ti algo oculto, y ese algo oculto solo lo puedes encontrar si te preguntas: ¿Qué me ha aportado a mi esta experiencia? ¿qué he aprendido? ¿Para qué me ha sucedido? ¿Cómo puedo evitar que vuelva a suceder? A esto es lo que yo llamo la belleza oculta, el regalo oculto de cada situación que la vida nos pone en el camino para que vayamos más allá de la forma y alcancemos la sabiduría de cada suceso.
Si consigues encontrar la belleza que hay oculta en cada una de las situaciones de tu vida que te marcan, que te dejan tocado, que te hacen tambalearte, empezarás a; comprender el para qué de cada una de las cosas que te pasan, te convertirás en un maestro de la transformación interior/exterior, vivirás mucho menos en conflicto con la vida y finalmente conectarás con la paz y confianza que reside dentro de ti. ¿A caso no se aproxima este estado a la definición de felicidad?
“Confiar es aprender a vivir en la incertidumbre” -Javier Ariza-
Recuerda: PREOCÚPATE – OCÚPATE – DES-PREOCÚPATE y CONFÍA!!!